Puente de los diablos

Desde la población de Pozos de Mondar (La Mata de Ledesma) sale un camino que discurre por la Rivera Chica, entre encinas y sobre diversos pontones que sirven para pasar de una orilla a otra de la rivera. Después de poco tiempo de caminar se deja la Rivera Chica y se sigue el cauce del río seco, que ahora en invierno y con un otoño escaso de lluvias, hace honor a su nombre. Pronto el camino se convierte en sendero que se adentra por unos encinares y finalmente se acerca sobre unos berrocales que se asoman al río.

Desde los berrocales  se vislumbra el puente de los diablos, que una vez sobre él extraña la falta de continuidad del mismo con un camino por ambos lados. El puente acaba en unas rocas sin que se pueda ver el camino que le dé un sentido.